Javier Lanzafame es adiestrador de perros, colabora con el equipo de Zoonosis local y en diálogo con InfoLomas contó todo acerca de esta profesión.
La mayoría de los casos en los que las personas le llevan a sus mascotas es por problemas de conducta “que pueden estar relacionados a la agresión o ciertos hábitos como orinar adentro, marcar territorio, que abran la puerta y el perro salga corriendo, que no camina al lado en un paseo”, cuenta.
“Otros te llaman para que, a través de ordenes, tenga una obediencia básica. También hay entrenamientos deportivos, perros de asistencia, de terapia, de búsqueda de narcóticos o dólares, por ejemplo”, agregó el lomense.
Javier ha sido un apasionado por los perros toda su vida, y fue así que modo de hobby comenzó un curso de trastornos de conducta para ponerlo en práctica con su propia mascota y a partir de eso se ha dedicado de manera profesional abriendo una gran cantidad de ramas.
“Esto es algo que si no lo amas, no podes hacerlo. El perro como nosotros, se da cuenta cuando te engañan, no te toleran o no te tienen paciencia. Sino le tenes amor, se da cuenta. Te frustras y el perro atrás tuyo”, sostuvo.
Javier realiza siempre la primera visita en el domicilio del animal, para ver cómo es la relación con el dueño y con el lugar. El tratamiento va a depender siempre de lo que el cliente busque. Si es algo doméstico, se trabajará ahí mismo, si tiene que ver con las salidas, se hará afuera, si busca un perro de guardia, se entrenará en un campo. Además, el adiestrador lómense cuenta con un espacio en Temperley para determinados trabajos.
Consultado acerca de la posibilidad de ser atacado durante una consulta o entrenamiento, Lanzafame sentenció: “Nunca me mordió un perro, si bien se toman las precauciones necesarias, se trabaja sobre la psicología del animal. Primero se genera un vínculo para que te acepte y luego llegan las órdenes. El animal es como nosotros, uno puede estar muy agresivo pero si te tratan bien, en algún momento aflojas, todo tiene que ver con la ocasión”.