“NACÍ SIENDO PANADERO”

Emilio Chicho Núñez es maestro panadero desde hace casí 40 años, recorrió el país dando cursos y talleres, desde 1989 trabaja en la planta de Dánica, en Llavallol, donde es vendedor técnico de mostrador y en esta nota con InfoLomas cuenta todo sobre sus inicios y sobre la importante marca radicada en Lomas.

Emilio Chicho Núñez es maestro panadero desde hace casi 40 años, recorrió el país dando cursos y talleres, desde 1989 trabaja en la planta de Dánica, en Llavallol, donde es vendedor técnico demostrador y en esta nota con InfoLomas cuenta todo sobre sus inicios y sobre la importante marca radicada en Lomas.

-¿Cuándo y cómo te diste cuenta de que esta era tu profesión?

Prácticamente nací panadero, ya desde los 6 o 7 años, cuando vivía en el campo en Misiones, mis padres tenían un pequeño molino artesanal de donde sacábamos harina de mandioca y de maíz, y con eso vivíamos. Mi viejo nunca fue empleado de nadie, no tuvo un sueldo, es increíble que siempre nos mantuvo con la tierra. Por eso, me inicié en aquella época haciendo pan con mi mamá. Teníamos la grasa de cerdo, ella preparaba una levadura natural y hacíamos un pan inmenso que yo iba a venderlo al pueblo. Recuerdo que con mi maestra hablamos del tremendo aroma que tenía.

-¿Y en qué momento diste el gran paso para convertirte en lo que sos ahora?

A los 13 años me fui a Posadas, yo quería ser panadero, era mi sueño, es algo raro lo que me pasa con eso, por eso mis hijos creo que heredaron la profesión. En esa ciudad busque trabajo de panadero, lo conseguí en el barrio Urquiza, ahí aprendí muchísimo.

A los 14 quería venir a Buenos Aires, mi idea era aprender, para nosotros en ese momento venir a acá era como Miami, te cambiaba la ropa, los zapatos, todo. Fui primero a lo de un cuñado en Haedo y luego mi hermana me trajo a Lomas. Trabaje en varias panaderías hasta que uno de mis jefes me insistió para que asista a una convocatoria que hacían en Dánica y a pesar de que no estaba convencido, lo hice.

-¿Cómo fue tu entrevista?

Me hicieron mil preguntas y yo respondí a todo. Además, notaba que todos entraban y salían y yo me quedaba. Me preguntaron si me animaba a hacer la masa de hojaldre en el momento, la hice, veía que se miraban entre ellos sorprendidos, me pidieron que arranque a trabajar con ellos lo antes posible y así comenzó mi historia en Dánica. Empecé alternando con mis otros trabajos, inclusive, entraba 4 am para poder llegar a las otras panaderías.

-¿Cómo ves a los más chicos en referencia a la profesión?

En el interior se ven muchos jóvenes trabajando en las panaderías. Eso a mí me llena de alegría porque me hacen mil preguntas y eso me da la pauta de que esto no muere. Creo que hay una nueva generación que está saliendo, algunos, hasta con terciarios.

-¿Qué es la panadería para vos?

Para mí la panadería es pasión, como lo fue el fútbol hasta que deje de jugar, por eso es que en un momento de mi vida me di cuenta de que quería vivir de esto y entonces, empecé a leer sobre panadería, a leer qué era la levadura, la harina, el gluten y un montón de cosas, que cuando vine a Dánica me sirvieron mucho. Eliana Jardenas, una de las directivas, en su momento me pidió que empiece a dar cursos. Yo no sabía lo que un curso y ella me dijo que vaya, hable y trabaje. Le hice caso a Eliana, me dediqué a hablar de lo que se. Ese curso termino durando 8 horas y de ahí en adelante viaje por todos lados disertando, y crecí como profesional de la empresa.

-¿Por qué se dice que si un pan es bueno no te hace subir tanto de peso?

Una de las características fue siempre decir “comemos algo que hace menos daño que cualquier otra cosa”. Esto se da porque todas las margarinas de la empresa tienen su punto de fusión en el cuerpo, entonces al comer algo no te queda la grasa en la garganta, se desliza. A su vez, el gran crecimiento de Dánica fue porque tuvo margarina a base de grasa vegetal y no animal. Y si bien ahora es legislación elaborar productos con 0% grasas trans, nosotros lo venimos haciendo hace mucho tiempo.

COMPARTIR

MÁS NOTICIAS